La sobrecarga de tareas, la monotonía y la percepción de falta de reconocimiento pueden ser detonantes del síndrome de burnout, del ‘trabajador quemado’. Un equipo de científicos ha analizado las variables que influyen en el desarrollo de los tres subtipos del trastorno: ‘frenético’, ‘sin desafíos’ y ‘desgastado’.
El
estrés laboral crónico y la percepción de falta de reconocimiento en el trabajo
forman el caldo de cultivo para que aparezca el síndrome de burnout, del ‘trabajador
quemado’. “La prevalencia del trastorno va en aumento en nuestro país y
representa un grave problema para la sociedad, por las pérdidas económicas que
causa y por las consecuencias en la salud”, asegura Jesús Montero-Marín, autor
principal del estudio e investigador senior en
el Instituto Aragonés de Ciencias de la Salud.
En
función de los rasgos del síndrome, los expertos distinguen tres perfiles:
‘frenético’, ‘sin desafíos’ y ‘desgastado’. El estudio, publicado en BMC
Psychiatry, revela las variables sociodemográficas y laborales
asociadas a cada uno de ellos. Mediante cuestionarios, el equipo de
Montero-Marín encuestó a una muestra de 409 empleados de la Universidad de Zaragoza, entre personal
administrativo, de servicios, docentes, investigadores y becarios.
“El
perfil ‘frenético’ se asocia con el
número de horas de trabajo”, explica Montero-Marín. Una persona que dedique más
de 40 horas por semana a su tarea laboral tiene una probabilidad casi seis
veces mayor de desarrollar el síndrome, comparado con otra con un horario
inferior a 35 horas. Este tipo de empleados suele tener una alta implicación en
su cargo, grandes ambiciones y una elevada sobrecarga de tareas.
Un
trabajador dedicado a tareas monótonas, con tendencia al aburrimiento y a la
falta de desarrollo personal, tiene más riesgo de desarrollar el perfil ‘sin desafíos’. El personal de
administración y servicios tiene una probabilidad casi tres veces mayor de
pertenecer a este grupo, comparado con el docente e investigador. Además, es un
perfil sobre todo masculino. “Mientras que ellos tienden a alejarse de los
objetivos de la empresa, ellas terminan por desarrollar agotamiento emocional”,
explica el psicólogo.
Por
su parte, el tipo ‘desgastado’ suele
aparecer en personas que, con una larga trayectoria en la misma empresa,
terminan por descuidar sus propias responsabilidades, dada la falta de
reconocimiento que perciben a su alrededor. Así, un trabajador con más de 16
años de servicio en un mismo lugar de trabajo presenta un riesgo cinco veces
superior a desarrollar este tipo de perfil, comparado con otro que lleve menos
de cuatro años de servicio.Fuente: agenciasinc.es
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Un artículo interesante, pero ¿te has planteado el caso de aquel al que constantemente se le dice lo bien que hace esto o aquello, o que sin su trabajo nada saldría adelante cuando uno sabe perfectamente que no es cierto, y que el objetivo de ello es tan simple como "prefiero que lo hagas tu que se lo responsable que eres, antes de pedírselo a otro que es quien debe hacerlo pero del que no me fio". A este perfil ¿como lo bautizamos? ¿Achicharrao? :-). Enhorabuena por este blog que he encontrado por casualidad.
ResponderEliminarAlgunos compis tienen el "don" de no hacer nada y caer bien, y estos que tú mencionas, que cumplen con todo porque son responsables, son los que se achicharran. Gracias y saludos.
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