El trastorno bipolar, antes llamado
trastorno maníaco-depresivo, es un trastorno del estado de ánimo
caracterizado por la ocurrencia de episodios de manía, siendo la característica
fundamental de ésta la expasividad anímica y cognitiva, que en sus desarrollos
más leves podría equivaler a decir que es lo contrario a la depresión.
Hirshfeild y Goodwin la describen así: “las personas afectadas de ese trastorno
están imbuidas de un sensación de bienestar y omnipotencia. Son más productivas de lo normal en ellas y más apasionadas. Pero estos días felices duran poco.
Pronto la rapidez de pensamiento se convierte en pensamiento apresurado,
atropellado. Las ideas se arremolinan".
En
la manía se dan síntomas opuestos a la depresión como la euforia anímica, la
autoestima exagerada y también comparten síntomas como trastornos del sueño o
del apetito.
Según el sistema de clasificación de
trastornos mentales DSM-IV para que se de el episodio maníaco se han de dar las
siguientes circunstancias o síntomas:
-Durante una semana al menos estado de
ánimo anormalmente elevado, expansivo o irritable, o cualquier duración si ha
habido hospitalización.
-Tres de los siguientes síntomas: excesiva
autoestima o grandiosidad, disminución de la necesidad de dormir, locuacidad,
sensación de pensamientos rápidos, distraibilidad, actividad excesiva dirigida
a metas, actividades de alto riesgo potencial, como embarcarse en negocios
absurdos.
-Problemas en el funcionamiento cotidiano o
cuando hay hospitalización para evitar daños propios o ajenos.
-Que no sea debida a medicamentos o drogas.
Cuando no se cumplen todos los requisitos
para el episodio maníaco se habla de episodio hipomaníaco: se da durante un período de tiempo de 4 días, y no es tan grave como para alterar el normal funcionamiento
diario o requerir hospitalización. Así, la clasificación que hace el sistema
DSM-IV es bipolar I, si ha tenido alguna vez un episodio de manía, en el que su
estado puede variar entre maníaco, depresivo e hipomaníaco, y bipolar II, en
los que teniendo episodios depresivos, no ha habido manía y sí hipomanía (estos
son los más difíciles de diagnosticar).
Otro tipo de trastorno relacionado es la
ciclotimia, con un patrón semejante a los anteriores pero con síntomas menos
graves pero más continuada en el tiempo: se dan numerosos síntomas hipomaníacos
y depresivos durante al menos dos años, sin que se dé un episodio depresivo
mayor ni maníaco.
Los trastornos bipolares tienen un curso
más recurrente que los trastornos depresivos, las recaídas se dan en todos los
pacientes y la cronicidad es muy alta, sobre el 25% de los enfermos
diagnósticados. En un estudio que duró 13 años se demostró que lo que más
prevalecía eran síntomas subsindrómicos, por debajo del umbral diagnóstico de
tipo depresivo más que maníaco, por lo que se llegó a la conclusión de que los
síntomas depresivos persisten más que los maníacos dentro del trastorno
bipolar.
En cuanto a la diferencia entre hombre y
mujeres, se da en la misma proporción, si bien ellas informan de más episodios
depresivos, por lo que tienen mayor probabilidad de sufrir el tipo II. En ellas
el primer ciclo suele aparecer con un episodio depresivo, en los hombres aparece
primero el episodio maníaco.
Hola,
ResponderEliminarsi os interesa conocer más acerca del trastorno bipolar disponéis de la comunidad de médicos y pacientes www.puedoser.es
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Gracias por tu aportación
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