Esto es un fenómeno psicológico que se produce cuando no se internalizan los logros y el término fue descrito por primera vez por los psicólogos Pauline Clance y Suzanne Imes en 1978.
Estas personas atribuyen su éxito a factores ajenos a ellos, como la buena suerte, suelen tener expectativas demasiado altas, son perfeccionistas y les parecen continuamente que no se están esforzando lo suficiente. No es una enfermedad mental reconocida sino más bien un problema de inseguridad.
Este síndrome puede repercutir en que se no prospere en el ámbito laboral, ya que se tendrá miedo a acceder a puestos mejores. Además, afecta también al ambiente laboral y a las relaciones jerárquicas de las empresas.
Este fenómeno se puede asociar a otros problemas como baja autoestima, frustración, falta de autoconfianza, y a un autoconcepto negativo, por lo que mejorando estos factores se evitará sentirse como un impostor.
Comentarios
Publicar un comentario